El resultado fue extendido en las últimas horas desde el laboratorio genético de Junín a la fiscal María Florencia Salas.
El cráneo y la tibia encontrados días atrás en un predio del barrio Virgen de Luján de esta ciudad pertenecen a la adolescente Iara Nardelli (16) luego de que lo confirmaran desde el laboratorio de genética de Junín.
Así trascendió en las últimas horas y ya fue ingresado al expediente que tramite en la fiscalía a cargo de María Florencia. Debido a la escasa cantidad de restos recuperados es imposible establecer la causa de la muerte, algo que ya había sido comunicado tras el análisis del cuerpo médico forense de la Policía Científica.
El lunes 10 de julio un vecino de la zona de Madariaga y Brandsen, en la periferia noroeste de Mar del Plata, encontró un cráneo en un sector próximo a su vivienda. Allí existe un predio de 9 hectáreas en abandono y que también se transforma en microbasural. Una vez que la policía de la comisaría sexta fue notificada del hallazgo se inició un rastrillaje que no dio resultados en cuanto a otros restos humanos. Sin embargo, a 500 metros del lugar en que apareció el cráneo se descubrieron algunas pertenencias de la adolescente.
Iara Nardelli era una menor institucionalizada en el complejo de Aldeas Infantiles, ubicado a menos de 1.500 metros de allí. Sus padres viven en Miramar y ella se había comunicado en los últimos días con su madre.
La fiscal Florencia Salas convocó la semana pasada a una conferencia de prensa para adelantar que había fuertes indicios de que los restos pertenecieran a Nardelli, pero que la confirmación quedaba sujeta al resultado de los estudios de laboratorio de ADN. El comparativo con el perfil genético de la madre se realizó el lunes en Junín y el resultado positivo llegó en la mañana de este jueves a Mar del Plata.
La falta de otros restos puede obedecer, según una hipótesis investigativa, a la presencia en ese predio de una jauría que el mismo lunes del hallazgo atacó a un menor de 9 años. Iara Nardelli estaba desaparecida desde el 30 de junio, es decir 10 días antes de que el vecino descubriera el cráneo. Ese lapso, según especialistas, es suficiente para que un grupo de perros agresivos puedan desmembrar un cuerpo e incluso ocultar o trasladar sus partes a otros sectores.
De cualquier modo, esto es solo una conjetura de la investigación, ante la imposibilidad de tener otros datos que puedan ser más precisos. Vale recordar que un grupo de especialistas balcarceño de rastrillaje rural trabajaron en el predio pero no pudieron recuperarse más restos, lo que resulta también demasiado extraño.
En relación a las pertenencias halladas (anteojos recetados, una campera y un cuaderno con anotaciones) a los pocos días fueron reconocidas por el entorno de la menor y abrieron la posibilidad, por determinadas características mantenidas en reserva por la investigación, de que en la muerte no hubieran intervenidos terceros. También esa visión de la fiscal Salas es parte de un escenario hipotético que ahora debe resolverse.
El enigma sobre lo ocurrido con Iara Nardelli tras su desaparición está tan firme como el primer día en el que se radicó la denuncia por averiguación de paradero. Precisamente esto es lo que no permite descartar ninguna línea de trabajo, ni confirmar otra.